¿Quien?

Cada vez que en un lugar hace falta hacer algo, ya sea limpiar o construir o cualquier otra cosa, siempre se busca quien lo ha de hacer. En un orden de autoridad delegada una compañía logra mantenerse funcionando. En la cúspide de autoridad dentro de cualquier compañía esta el presidente de la misma, el cual desarrolla un plan de trabajo que va descendiendo por diferentes rangos, hasta llegar a el simple trabajador. En esta tarea siempre se hace la pregunta, “¿Quién seria el mejor candidato?” ¿Quién?

Vivimos en un tiempo donde la comodidad ha adormecido a muchos, tanto en el mundo secular como también en el mundo espiritual. En lo secular muchos no se esfuerzan como lo deberían hacer para lograr una carrera exitosa y en lo espiritual, muchos no se esfuerzan como lo deberían para agradar a aquel que los llamo. Dios esta buscando en este tiempo a alguien que este dispuesto a entregarlo todo por el, así como el lo entrego todo por nosotros. Isaías 6:8 dice, Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? En ese momento Jehová buscaba a uno que aceptara el llamado de ir por el Señor a hablarle a los hombres. Isaías acepto y proféticamente nos mostro la disposición que Jesús algún día iba tener para salvar a la humanidad.

Mas en este tiempo, ¿Quién verdaderamente esta dispuesto? ¿Usted, esta dispuesto? ¿Aceptarías el llamado de Dios? Amado amigo y hermano, Dios esta buscando. El Señor busca a alguien que abandone sus sueños para vivir el sueño de Dios, alguien que abandone sus metas para cumplir las metas de Dios, alguien que deje de existir para el mundo y permita que Jesús exista a través de el. ¿Quién? ¿Quién entrega las vanidades de esta vida para vivir en la humildad de Cristo? En un tiempo de apostasía y libertinaje, ecumenismo y falsedades; en un tiempo donde la verdad se llama mentira y la mentira se llama verdad; En un tiempo donde la Palabra predicada en pureza y santidad es rechazada, ¿quien ira?.


Jesús dijo, Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. (Marcos 8:35)

Que estas palabras alcancen a alguien que se despoje de si mismo y se revista del llamado del Señor, con toda sujeción y obediencia, es mi oración.